El Charango, se inspira en un relevante cordófono andino, surgido de la reinterpretación local de Instrumentos Musicales de tradición española traídos por los colonos a América.
Los Aymaras utilizan instrumentos como bandolas y charangos en su vida comunitaria, tanto en ceremonias, ritos y festividades.
El Charango “posee un sitial protagónico en la historia sonora de Chile en los últimos 60 años” (Cornejo, 2017:7). El charango ha acompañado el folclore de la zona Norte de Chile, en géneros musico – dancísticos tradicionales como huainos y trotes, uso que extendió la “Música Andina Chilena” a la tradición popular urbana.
Folcloristas como Raúl de Ramón, Violeta Parra y Víctor Jara popularizaron el uso de este instrumento en la cultura sonora citadina. En la actualidad el Charango se ha arraigado a expresiones culturales urbanas, donde Santiago y Valparaíso constituyen hitos en torno a la creación musical y artesanal del Charango, cultivando tradiciones
andinas en nuevos contextos territoriales.
La pieza “Charango” aporta conceptos estéticos de artesanía que representan mestizajes culturales. Técnicas de labranza de la madera utilizadas por los indígenas se integran a los modos estilizados provenientes de la Luthería barroca española, generando un objeto de que expresa sincretismo, desde una estética contemporánea.